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viernes, 20 de abril de 2007

Descubriendo a Dollar


La madre de Domingo Llarús se llamaba Perla Llarús y hoy tendría 86 tacos de no haber fallecido al dar a luz a su hijo. Era una mujer independiente que coleccionaba macetas y gustaba de leer en francés y en inglés mientras ayudaba en el bar de su padre. Tuvo una relación con un tipo que desapareció de su vida sin haberse hecho acreedor a un nombre. Fue madre soltera en unos tiempos en que hacía falta mucho coraje para ser madre soltera, y mucho, mucho más coraje aún sabiendo que en el parto le iba en juego su propia vida. Dollar nació el primer domingo de enero, así que le registraron como "Domingo".

De manera inexplicable el abuelo, alcohólico, pudo ocuparse de la niñez de Dollar y durar vivo lo suficiente como para dejarlo con siete años a las puertas de un orfanato, en donde destacó por sus cualidades intelectivas, su facilidad para los idiomas y su resistencia al alcohol.

En la adolescencia fue becado por una fundación católica para estudiar en un centro religioso. Allí coincide con el niño Manuel Espartero, al que luego apodarían “Don Limpio” por su facilidad en “limpiar” -robar- los bolígrafos de los compañeros. Ya entonces, Domingo Llarús y Manuel Espartero entran en permanente competición, ganando siempre Dollar.

Transcurridos varios lustros, Dollar ha traficado con armas para Kabila, en el Congo y para Mugabe, en Zimbawe. La industria del armamento no tiene secretos para él. En todo ese tiempo cometió innumerables fechorías y algunos crímenes, Dollar ha tenido el dudoso mérito de promoverse como capo local de la delincuencia. Ahora tiene 60 años y es un tipo seguro de si mismo que sonríe de forma harto peculiar y viste con desenfado. Vive en el pueblo abandonado de Arganría, donde concibe su estrategia mientras juega al golf.
Se mantiene al margen de la sociedad pero sabe desenvolverse en ella. Es un voraz lector de ensayos y manifiesta una especial predilección por la filosofía. Su relación de pareja con "Ememé" hace tiempo que se convirtió en un tácito fair play. Cuenta con el apoyo incondicional de dos amigos, Morgan y Pompeyo, unidos a él con un fuerte vínculo de fidelidad y que nunca cuestionan sus decisiones. Es muy generoso con quienes están de su lado, sin embargo, la vida de los demás no tiene ningún valor para él. Le motivan los retos a superar, como el enfrentamiento con la policía, que lo ha reducido a un juego personal contra el inspector jefe Don Limpio. En ocasiones la policía acumula denuncias contra él que siempre resultan carentes de pruebas.

Y esa carencia tiene mucho que ver con Morgan y Pompeyo, los dos secuaces de Dollar. Ahora viajan los tres a Sierra Leona con la excusa de promover la búsqueda de agua potable, cuando en realidad pretenden traficar con diamantes. Pero el destino hace que se topen en Kailahum con la guerrilla del FRU.

Dollar se refugia en el único convento católico y allí la casualidad le hace descubrir un botín de 60 millones de dólares en efectivo. Un botín, pues, del que sólo él conoce el paradero. EN ESE MOMENTO ARRANCA LA PELICULA...CUADRO RELACIONAL DE DOLLAR:
Ememé. Es su pareja. Su relación hace tiempo que se convirtió en un tácito fair play.
Morgan. Absoluta complicidad. Un fiel amigo y a la vez esbirro diligente dispuesto a cumplir el mandato de su señor.
Pompeyo. Idem.
Manuel Tabens. Con él mantiene una postura ambivalente, puesto que entró en sus planes de manera casual, salvándole de una muerte segura, lo cual plantea una deuda inextinguible. Por otra parte le conmueve la utopía de pensamiento de este médico y le hace sentirse bien la posibilidad de ejercer con él cierto mecenazgo humanitario, que sin duda confunde a su eterno enemigo Don Limpio.
Albino. Utiliza a Albino como falso señuelo frente a la policía que se lo envía para espiarle. Siente hacia Albino la misma curiosidad que puede sentir un científico hacia el hámster del laboratorio. Le ha sacrificado ya una vez en el pasado, haciéndole pagar cárcel por un crimen ajeno, y está dispuesto a sacrificarlo nuevamente por el simple placer de ver triunfar su estrategia en el robo de sesenta millones de dólares.
Don Limpio. Lo considera un contrincante. Sabe que no puede permitirse un error porque el inspector caería sobre él, de modo que lo maneja con astucia y prepotencia, burlándose. En el desenlace final ejecuta una determinada simulación bien ensayada, que tiene mucho que ver con la personalidad cleptómana del inspector.

La Virgen Negra. Para él no es más que un medio. La adoración que esta virgen suscita en el entorno social, sabe emplearla en provecho propio.
Misiu: el gato que odia.


Junto con otros personajes como Copi, María Luisa Clermont, el Padre Miguel e incluso en nuncio del Papa, haremos posible una historia redonda, sin fisuras, con una tensión creciente, a ratos divertida y a ratos dramática pero, sobre todo, una historia muy, muy divertida. Con la generosa aportación de vuestros comentarios.

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